domingo, 23 de agosto de 2015

Ancestral Squat, el comienzo de un proyecto a largo plazo.




Muy buenas.

Llevo mucho tiempo con una idea en la cabeza, hacer un ejército de la guardia imperial distinto y único. Que más único y especial que un añorado destacamento de Squats, pequeños y aguerridos tapones. Para ello tuve que buscar algunas miniaturas y otras que me he “ido encontrado” por el camino.

Por ahora solo tengo algunas miniaturas de plástico de las antiguas y un puñado de las de plomo, los vehículos será algo a desarrollar con tranquilidad mas adelante. También compre algunas de la marca Mantic Games, que me parecieron bastante acordes con lo que quiero conseguir de ellas.

A lo que voy…

Esta miniatura no es ni de Mantic ni de Games Workshop, ni si quiera es de ambientación futurista, pero me gustó mucho para poder representar a un Señor Ancestral o a un Señor de la Guerra enano. Es de la marca Avatars of War, que tiene unas miniaturas muy buenas para fantasia, algunas de ellas con un poco de paciencia y transformaciones pueden ser ideales para cualquier juego.


Lo primero que hice, después de imprimarla en negro, es empezar por la capa, por la que me decidí pintarla de tonos rojos. Capa base de imprimación “German Red Brown” de Vallejo, para después empezar con el rojo y los degradados con mezcla de rojo y carne enana, para difuminarlo todo un poco di un lavado de marrón oscuro a toda la capa.


Con la misma imprimación que la capa, le di a las partes de piel del enano, cara y manos, sirviéndome de base para la carne enana y posterior tinta “agrax Earthshade” de GW (que fácil eran antes los nombres de sus pinturas…). Lo que no recuerdo si después volví a retocar la piel o no, supongo que si.


¡A por los metálicos! Acero natural para el martillo y cota de malla, dorado para la armadura y el anillo de la mano. Antes del dorado pinte esas partes con marrón para que el color agarre mejor, que directamente sobre negro cuesta un poco más.

Aguadas o tintas de marrón o negro, según si era para el dorado o metálico. Posteriormente repasamos para iluminarlo todo.




¿Qué sería de un enano sin unas buenas barbas? Como quiero representar a alguien experimentado y con unos buenos años, lo lógico era pintar las barbas blancas, que denoten bien la edad avanzada del guerrero. Partimos de un color gris claro, el cual vamos aclarando con cada vez un poco más de blanco, hasta usar blanco puro en las ultimas luces.


Todo enano que haya recorrido este mundo durante muchos años tiene un gran número de agravios que recordar. Y como no se pueden olvidar ninguno de ellos lo mejor es tenerlos bien apuntados.

Cogiendo como base un marrón claro, por ejemplo marrón bichos de Vallejo, y aclarándolo con hueso, hueso que también usamos para las hojas del libro. Un poco de blanco aguado, en varias capas, para dejar las hojas más “limpias” y unos trazos finos con negro a modo de letras. La pequeña bolsa y el mango del martillo también se hicieron con marrón y aclarando con hueso.


Para los flecos del casco y los adornos de la capa me decidí por un azul claro que contrastara mucho con el rojo. Con el azul de base lo oscurecí con una aguada de azul oscuro, para devolverle la luz con azul mezclado con un poco de blanco, en varias capas dando cada vez un poquito más de blanco (no sé si se nota mucho).

Antes de eso le pinte las joyas, de las cuales no tengo el proceso porque se me paso, lo siento. Verde oscuro con el reflejo de verde claro en la parte inferior, mezclándolo con un pelín de amarillo para marcar más la luz y un puntito blanco en la parte superior.


Ahí también empecé con la piel de la parte superior de la capa. Con base marrón bichos y aclarando sucesivamente con mezcla de hueso, hasta dar una última luz muy suave solo con blanco.

Lo último que quedaba eran los cuernos del casco, con el mismo color marrón, hueso y blanco anteriores.


A falta de la peana, que no tengo decidido que hacerle, la miniatura está terminada.

Después de este capricho de pintura para mi colección particular, seguiré con el encargo de miniaturas del imperio con una unidad de grandes espaderos, que me llaman desde la cercanía pidiéndome una manita de pintura.

Para este también tendré que inventarme un trasfondo…

A la espera de vuestros comentarios, un saludo.

sábado, 22 de agosto de 2015

Valten, el elegido de Sigmar.



"Bendecirá Sigmar a aquel que escoja para encarnar su Avatar y le dirá: Que teman y tiemblen ante ti todos los enemigos de la fe, pues la oscuridad nada podrá contra tu poder. Cada uno en esta vida se someterá a la autoridad de Ghal Maraz, no hay poder capaz de desafiar su fuerza y santidad. Aquel que se rebele contra la voluntad de Sigmar tendrá que responder por esa rebeldía. Toma primero venganza contra los siervos del Caos o cualquiera que amenace a los hijos del Imperio. El pueblo creerá en ti, pues los creyentes, los redentores, los peregrinos y los flagelantes formarán la Compañía del Fin del Mundo, cuyos integrantes se multiplicarán a cada paso hasta formar un ejército que presentará batalla a la creciente oscuridad. El justo exultará al ver la venganza cumplida, y sus pies lavará en la sangre del impío."

Profecía del Avatar de Sigmar


Muy buenas.

Hoy después de mucho tiempo sin publicar nada, una cosa cortita y rápida, la miniatura de Valten a caballo para el ejército de Wissenland que estoy pintando. La miniatura realmente llevaría la peana más grande pero el cliente lo quiere usar como comandante “normal” y no como el personaje especial, por lo que prefería esta peana.

No hay mucho que reseñar de esta mini, imprimación gris oscura mezclando imprimación gris y negra de Vallejo, blanco para el caballo, dorados y metálicos para armadura del caballo y jinete, algo de rojos y azules, un tono de piel más bien clarito y listo.




La próxima unidad que pondré sobre mi mesa de trabajo serán unos grandes espaderos, con un grupo de mando con “solera”, ya veréis porque lo digo, un estandarte de batalla y un par de héroes…

No será esto lo próximo que publique, ya que también estoy pintando algo para mi colección personal, que estoy intentando pararme mientras pinto para hacerle fotos y plantearlo en plan tutorial, a ver que sale.

Un saludo.

jueves, 6 de agosto de 2015

Historia del Gran Ahino…




(Fotografía sacada de http://marbles.frothersunite.com/gobbo2.html)



“…zentaos y guardaz zilenzio zuzios kanijos!!!!”

Dijo gritando a pleno pulmón el jefe goblin nocturno dando algunos mamporros en las cabezas de sus tropas.

“…Ahora pazaré a contaroz la increíble hiztoria de nueztro gran jefe Ahino, que no ziempre fue el fiero guerrero que ez ahora. Azercaoz al fuego con vueztra rica zopa de zetaz gigantez…”

Mientras todos los goblin se arremolinaban frente al calor de la hoguera, el jefe se disponía a hablar fuerte y claro, todo lo claro que puede hablar un piel verde, para que ninguno de los presentes perdiera detalle de sus palabras.

Ahino, no siempre fue un gran y fiero guerrero del clan de la luna azul, el nació y creció como nosotros en estas sucias cuevas, golpeado como todos por nuestros hermanos mayores nacidos días antes…

Su nombre como el de todos fue impuesto por los demás, ¿o creéis que me gusta llamarme jefe pies de fango?

Él nunca estaba en el lugar adecuado en el momento adecuado, siempre tropezaba con todo y con todos, sobre todo con el antiguo gran jefe, del que ya no hablamos ni nombramos, el cual se enfadaba muuuucho con él golpeándole su nariz con su gran porra mientras le gritaba “fuera de aquí, no te quiero ver cerca de mí”, “estúpido enclenque no te metas por ahí que me lo vas a tirar todo”, “!ahí nooooo, que no te pongas ahiiiíííí!”… y otras lindezas menos agradables.

Tanto por ahí no, no te metas ahí, ahí te la vas a pegar, que entre todos le nombraron oficialmente Ahino y así fue como empezó la leyenda…

El por entonces pequeño Ahino tuvo un día su último y peor encontronazo con el antiguo gran jefe, el que no nombramos, cuando se disponía a meter su cuchara favorita en el gran caldero de sopa de setas, que hasta que no terminaba reventando de comer no dejaba paso a los demás, que teníamos que esperar gruñiendonos las tripas de hambre.

Ese fatídico día iba, como no, metiéndose por donde no debía, escurriéndose entre el caldero y la pared en busca de un pequeño escarabajo, de los que nunca cogía por su enorme torpeza. Pues en contra de todo pronóstico ese día de “suerte” para él se tornó en tragedia, cuando al levantarse de golpe y gritar de alegría, volcó el caldero delante de los pies del antiguo gran jefe, el que no nombramos, quemándole las piernas y produciéndole un enorme enfado.

Como consecuencia de tal torpeza el pequeño Ahino sufrió la golpiza más grande de toda su corta vida, de la cual su nariz nunca volvió a ser la misma, era pequeña como lo fue él, pero después de tantos porrazos que se llevó esta se tornó grande y rosada.

No solo sufrió una gran paliza, sino que fue desterrado de las cuevas principales y se le obligo a deambular por las oscuras y estrechas cuevas no exploradas, donde dice la leyenda que se encuentra la gruta de las setas gigantes. Solo podría volver si encontraba esa gruta y traía entre sus manos el delicioso manjar que es una seta gigante.

En este punto nadie supo más de él, y es donde surge su leyenda…

Todos lo daban por muerto de hambre, no era capaz de cazar un triste escarabajo, o devorado por algún garrapato salvaje, tampoco era un buen guerrero,  o quizás encontrara otra muerte peor si encontraba una gruta de ratas o de enanos.

Según cuenta él cuanto está de buen humor, al curársele la nariz días después se encontró que su olfato se agudizo mucho, cosa que le guió por las cuevas alejándolo del hedor de los garrapatos y ratas, o del extraño olor dulzón de la cerveza enana.

Un olor. Eso dice que lo llevo a recorrer las grutas más lúgubres, atravesando telarañas, escalando por chimeneas, deslizándose por toboganes de agua, hasta encontrar la gruta de las setas gigantes. Sus ojos y boca se abrieron tanto al ver tan increíble espectáculo que casi se le desencajaron. El suelo estaba plagado de setas de todos los tamaños y de todos los colores. De  las paredes y techo se descolgaban gusanos luminiscentes, que con sus cuerpos hinchados de raros fluidos iluminaban la gran gruta de colores brillantes.

En ese fabuloso lugar permaneció no se sabe cuántos días, comiendo de todo tipo de setas, insectos y algunos pequeños roedores, que pacerían adormilados después de comer unas extrañas setas moradas muy pequeñas, las cuales solo crecían un apartado rincón de la gruta.
Probó esas extrañas setas, las cuales describe con un nauseabundo sabor como a caca de troll mezclada con pis de serpiente alada…

El efecto en su pequeño cuerpo fue distinto al de los roedores, a él no le adormecían sino que le daban una sensación de fuerza, ganas de correr y trepar, de machacar setas con las manos, gritar hasta quedarse sin voz…

Eso hizo hasta darse cuenta que estaba solo.

A lo que en su mente le vino la cara de aquel malhumorado gran jefe que le dió su última paliza, del que sintió un ansia irrefrenable de venganza.

De las grandes setas que por allí crecían cogió la más grande que pudieron cargar sus enclenques brazos. ¿Enclenques? O había crecido mucho en su estancia en la gruta o la ropa había encogido de tamaño. Se sintió fuerte, grande, poderoso, incluso más astuto.

También se guardó alguna de sus extrañas setas moradas para sí mismo.

Con su olfato aún mejor que antes, encontró el camino de vuelta a las cuevas de la tribu, reconoció el olor de los que hace semanas dejó atrás no por deseo propio. Y también reconoció el olor del objeto de su venganza.

Mientras recorría las cuevas, apartando a sus antiguos compañeros a manotazos, decía en voz baja:

“… ahí no? ahí no??? que ahí noooo??? , te vaz a enterar ahora de quien ez Ahino!!!”

Sorprendidos todos por el regreso del “pequeño” Ahino, que ya no era tan pequeño, ahora sacaba una cabeza a cualquiera de nosotros, siguieron sus pasos hasta las puertas de la estancia del antiguo gran jefe, del que nunca más hablaremos, blandiendo su gran seta sobre los hombros, con una furia rojiza en sus ojos, gritando hasta retumbar las paredes, asestó un tremendo setazo a las podridas tablas destrozándolas de inmediato.

“…Jeeeeeefffeeeeee!!! Asoma tu capuchiiiiitaaaa!!!”

Raudo y veloz el antiguo gran jefe, no lo nombraré, agarro su porra para defenderse del ya no pequeño Ahino. Hinchado por su última y copiosa comida fallo su golpe, a lo que Ahino levantando nuevamente la gran seta sobre los hombros la dejo caer sobre la cabeza de su contrincante noqueándole a la primera.

No contento con ello, lo arrastro medio inconsciente hacia la gran cueva donde comemos, y allí delante de todos le siguió golpeando una y otra vez con la enorme seta, hasta que no quedo más que un charco sanguinolento de trozos de goblin esparcidos por el suelo.

El antiguo gran jefe ya no estaba con nos!

Después de tan tremenda gesta, respiro profundo mientras limpiaba su seta de sangre y la troceaba sobre el gran caldero, también añadió un trocito pequeño de sus extrañas setas moradas, agua hasta el borde y encendió la hoguera.

“Goblinz todoz, ya ninguno pazaremoz hambre, todoz comeremoz juntoz del manjar de laz grandez zetaz, yo oz laz traeré dezde el interior de laz cuevaz, ya nadie maz noz dará palizaz y yo me encargaré de ezo!

Ahora comez y cogez fuerzaz puez pronto zaldremoz a buzcar bronka!”

En ese momento había otro héroe entre nosotros, había renacido Ahino, el grande, el magnífico, el dador de setas, el explorador de las grutas, el benevolente con los verdes,…

… El Gran Ahino, el Azetador de Golpes!!!